¿Cómo estamos cortados a la mitad?

Por José Obswaldo Pérez

El estudio de la anatomía humana puede parecer, en un primer momento, una tarea abrumadora. La cantidad de términos y estructuras que deben memorizarse es inmensa, y para los principiantes en las Ciencias Médicas, esta complejidad puede convertirse en un obstáculo.

Sin embargo, la doctora Barbara Janson Cohen plantea en Medical Terminology: An Illustrated Guide (2013, p.73), publicado por Lippincott Williams & Wilkins, una idea que simplifica el proceso: entender que nuestro cuerpo está, en gran medida, organizado de manera bilateral y simétrica.

Esta distribución anatómica implica que muchos órganos, vasos sanguíneos y nervios tienen su contraparte en ambos lados del cuerpo, reduciendo el esfuerzo necesario para aprender su ubicación y función. Por ejemplo, el sistema circulatorio (circulatory system) muestra esta simetría en las arterias y venas que recorren el cuerpo en paralelo, como la arteria y vena radiales (radial artery and radial vein). Este principio se extiende a los nervios, lo que facilita la comprensión del funcionamiento del sistema nervioso periférico.

Ahora bien, esta bilateralidad no es total. Existen estructuras únicas, como el hígado (liver), el bazo (spleen), el estómago (stomach), el páncreas (pancreas) y el intestino (intestine), cuya disposición asimétrica nos recuerda que la anatomía es un equilibrio entre regularidad y variabilidad.

En este sentido, la nomenclatura médica también sigue principios de organización lógica: las arterias y venas reciben nombres según el órgano al que irrigan, lo que permite reducir la carga de memorización y fortalecer la asociación entre términos.

Este enfoque en la simetría y la lógica interna de la terminología médica no sólo optimiza el proceso de aprendizaje, sino que también demuestra la profundidad estructural de la anatomía humana. En un contexto académico, comprender estos principios facilita el dominio de la unidad curricular, permitiendo a los estudiantes navegar con mayor fluidez entre los conceptos complejos de la medicina.

Así, aunque nadie diría que aprender terminología médica es una tarea sencilla, sí es cierto que ciertos principios—como la simetría anatómica—pueden hacerlo más accesible. En el estudio del cuerpo humano, reconocer estos patrones no sólo ayuda a los futuros médicos a dominar su conocimiento, sino que también les permite apreciar la armonía inherente a la estructura biológica.

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